Bogotano comprometido con la literatura y apasionado por los crucigramas. Un hombre que se denomina así mismo “una persona de otro tiempo”.
Con su afán para recuperar ese amor ya casi olvidado por la literatura, de muchas personas, en su mente surgieron una inmensidad de proyectos, entre estos Crucigramatón.
Gustavillo, como lo llaman sus amigos, es quizá de esos pocos genios que quedan del tiempo pasado, es un soñador entusiasta, un visionario que sigue creyendo que el idioma es una ciencia a la par de las demás.
Este sueño nació en la cabeza de Gustavillo, pero fue posible gracias a las relaciones amistosas que ha obtenido durante toda su vida, como dicen popularmente, “los genios se rodean de otros genios”.
En crucigramatón se encuentran personas visionarias, con la misma afinidad del “Traficante de palabras”, por las letras, por la literatura misma. Hombres sagaces que implementaron la tecnología y han logrado una ruta al éxito de este gran plan.
Entre las filas de esta empresa destacan ingenieros, matemáticos, literarios y estudiantes, todos unidos por la gran visión de Gustavo.